Desarrollo conceptual

Rafael Hipólito/Rhaa
7 mar 2018
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Como maestro, pensador e investigador libre, por más de cuarenta años, he venido transitando el camino del desarrollo de conceptos que pudieran servir en abordaje en: Consejería Preventiva Motivacional Alternativa (CPMA), cuyo enfoque particulariza la atención preventiva individual; Divinidades, Cultos y Simbologías (DCS), que utiliza la teología académica no estereotipada; Claves Fonológicas y Fonéticas del Latín, Griego y Hebreo, para el hablante latinoamericano; Etnocultura Popular en la Himnología Cristiana, a partir de lo antropológico cultural y la Sociología de la música.

Lo antedicho sería improbable, y, por demás, exagerado y falso si afirmase que se debe a mi sola y única disciplina de oficio desvinculada del quehacer diario de personas y entes educativos. El hecho, me refiero al proceso de desarrollo conceptual, se hace posible por el factor existencia del aula permanente, que como comunidad de aprendizaje ha venido funcionando por 22 años ininterrumpidos, bien sea para la educación formal sistemática o para la formación ciudadana centrada en valores para la vida y la ayuda al necesitado.

La integración de un equipo multidisciplinario, vocacionalmente compaginado con la visión de saberes y experiencias relacionales constructivas, está siendo otro factor clave de impulso a la docencia investigativa. La suma de ese capital humano, que se ha venido agregando a través de los años, garantiza la permanencia en el tiempo del proceso de desarrollo de conceptos en pro de una sociedad más humana.

Aula y equipo conforman algo más que un laboratorio de ideas. Es manifestar inquietudes, plantear interrogantes u opinar sin ser descalificado. Es permitirse pensar, dudar, desconfiar, plantear soluciones, y participar solidariamente aceptando la diversidad. Es hacer posible que las luces del conocimiento y la razón venzan las sombras fantasmales de la ignorancia. Saber que se ignora y querer conocer es nuestro ideal.

El proceso de desarrollo conceptual continuará en su diálogo creativo praxis – teoría, lo cual constituye, para mí, un permanente llamado a mirar las lecciones desde el retrovisor de la historia, también, observar el presente a fin de proponer acciones optimistas ante lo que está delante.

El conocimiento como comprensión por medio de la razón y el pensamiento creativo del ser humano están ahí, consigo. Nadie ni nada ajeno a ti lo puede detener. Sigamos construyendo saberes para una mejor humanidad.